Que
nos queda sino a las mujeres agarrarnos de lo que hemos logrado, de lo que la
historia nos ha heredado.
Tengo
el sabor en mi boca de decir que creo que las mujeres estamos en una deuda con
nosotras y al decir nosotras me refiero a todas y cada una de las mujeres
presentes en la historia de la humanidad; las que callaron y las que gritaron.
Es
ahora cuando ya no corremos esos riesgos de ser apedreadas, azotadas, desheredadas,
enviadas a conventos en contra de nuestra voluntad, a causales de haber perdido
nuestra honra, por insultar el apellido con comportamientos al entender de los
demás impropios, es ahora cuando hemos ganado tanto, cuando debemos estar
seguras de que y cuanto más apostar, es ahora cuando el gritar se hace en diferentes
formas y tonos.
Es
ahora cuando debemos seguir haciendo lo que es una respuesta a la necesidad
humana, trascender, comunicar nuestras ideas, sentimientos, necesidades. Cuando
necesitamos que las que no nos hayan escuchado nos escuchen y tengan argumentos
con que decidir, que grite la que cayó!
En fin, creo debemos ratificarnos
como mujeres, como lo que queremos ser, y en la forma en la que queramos, no
como lo quieren los demás o esperan que seamos…
Seamos mujeres!.
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